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ENTREVISTA CON RAFAEL “EL CHIQUIS” GARCÍA

ENTREVISTA CON RAFAEL “EL CHIQUIS” GARCÍA

Por: Fabian Gosselin
Con la colaboración de Martín Suarez

El fin de semana pasado, Rafael “El Chiquis” García se presentó en su debut como entrenador al frente del poderoso Puebla, algo que resultó en un completo fracaso al ser goleado por 5 goles a cero frente a los Tigres. Todo indica que su futuro como DT no durará mucho en este país y algo tendrá que ver con que su carrera como entrenador la fue desarrollando de la mano nada más y nada menos que de su suegro Ricardo Antonio La Volpe, su mentor.

La semana pasada tuvimos la oportunidad de platicar con El Chiquis acerca de su relación con Ricardo y como fue el día en el que se enteró que lo llevaría al mundial de Alemania 2006.

Esta fue la historia que nos contó:

(Se pide al lector de la manera más cordial leer con acento argentino los diálogos del maestro La Volpe)

Rafael estaba tirado en boxers con su esposa Sabrina en el sillón de la sala de su departamento en Santa Fe, un sábado por la noche, en la víspera del partido que iba a disputar su equipo el Toluca contra el América. Ya iba a terminar de echarse su primer six de la noche a la par que veía un capítulo de Kenan y Kel en Nickelodeon que lo traía muerto de la risa.

Sabrina: Mi amor, no deberías ya de estar tomando que mañana tenés un partido importante.

Chiquis: No te preocupes Sabri que mañana salgo a la banca.

Sabrina: ¿Otra vez? Desde que shamaron a mi padre a la selección no has empezado ni un partido Rafa.

Chiquis: El cojonudo del nuevo entrenador no sabe apreciar mi talento amor.

De pronto suena el teléfono de la casa. El Chiquis le pide a Sabrina que por favor conteste. Sabrina corre a la cocina para contestar el teléfono, lejos de donde se encontraba el Chiquis. Del otro lado del aparato comunicativo se encontraba el padre de Sabrina, Ricardo Antonio La Volpe.

Sabrina: Alo!

Ricardo: Hola princesa. Está Rafita por ahí.

Sabrina: Si ahí está en la tele, de huevón.

Ricardo: ¿Que no juega mañana?

Sabrina: Si, pero dice que el nuevo Mister lo va a poner a calentar la banca, lo podés creer papi, a mi Rafita!!

Ricardo: Venga, Pasámelo.

Sabrina le pegó un grito al Chiquis tan fuerte que en ese instante Rafa se levantó del sillón, imaginando que se trataba de algo importante. La cerveza había logrado hacer algo de efecto en la cabeza del Chiquis, éste se acercó y contestó el teléfono.

Chiquis (Se echa un eructo chelero y toma el teléfono): ¡Bigotón! ¿Cómo andas maestro?

Ricardo: ¡Quién cojones te crees vos, soy tu suegro pelotulo! Habláme con respeto.

Chiquis: Disculpa Ricardo, tienes toda la razón.

Ricardo: Pero ¿Qué hacen despiertos Chiqui? que no ves que sha es tarde.

Chiquis: Eeeeemmmm…. Pués ya sabés Ricky estábamos viendo una grabación de aquel partido que jugaste en San Lorenzo contra Estudiantes de la Plata, ¿Te acordás?

Ricardo: Uuuuuuuu el del sentisiete!! Que partido ese che, me acuerdo que el profe Resquin decidió salir ese día con un 4-3-3, aunque vos no lo creas, en aqueshos tiempos se jugaba mucho con ese sistema. Nosotros jugábamos con un 9 que era una bestia, el serrucho Rizzi le decían, ¿Te acordás de él Chiqui? Era bueniiiiisimoooo. Me acuerdo como si fuera asher de ese partdo, al medio tiempo íbamos cero a cero y el entrenador sacó a Premici para meter a Marangoni y cambiar la formación por un 4-2-1-2-1, vasha genialidad táctica……

Ricardo se seguíó con el tema por casi 1 hora hasta que por fin concluyo diciendo:

Ricardo: Por eso siempre te he dicho Chiqui, que el fútbol, es como un juego de ajedrez, tenés que saber acomodar las piezas y ver la estrategia del otro. Algún día te enseñaré boludo.

Chiquis: Y bueno Ricky, a que se debe esta placentera shamada, che.

Ricardo: Porque hablás como Argentino Chiqui, déjate de hacer el ridículo ¡por- fa- voor! Te shamo para darte un gran noticia. Como sabés, el jorobado de Tepito pasa por un gran momento futbolístico, pero la realidad, eh que no soporto al forro y no me podría permitir el shevarlo a la copa del mundo, es in-so-portableee, ¿Sabés?

Chiquis: Claro, claro, muy nefasto el Temo.

Ricardo: Esto no se le he dicho a nadie Chiqui, vos sos el primero que sabe de esto, a la prensa se lo diré maniana, pero eh que el jorobado no encaja en el sistema que estaré implementando con la selección mexicana, mi novedoso 4-1-3-2, con Marquez y Carlos Salcido en el centro, Andrés Guardado y Gonzalo Pineda de falsos laterales, Torrado como contención aposhado por Pavel Pardo y Zinha, y adelante empezarán Borguetti y mi posho el Guishe Franco. Shegaremos al quinto partido este año, ¡vos verás Chiqui!

El chiquis, que estaba bostece y bostece, solamente rescató esa última frase de todo lo que acababa de decir Ricardo Antonio.

Chiquis: Pero como que jugarás con el Guille de titular, ¿Estás tú loco Ricky?

Ricardo: ¡Cashate boludo que vos no sabés nada de futbol, no me vengas a decir que está bien y que está mal, acordate que nadie sabe más que sho! Malagradecido.

Chiquis: Disculpame Ricardo. Y a todo esto, ¿Yo qué tengo que ver?

Ricardo: Pues que últimamente he visto a mi querida Sabri más feliz que nunca, todo el día me shama y me platica con un sonrisa enviadiable, y como premio he decidido shevarte conmigo a Alemania este año, ¿Qué dices figura?

El chiquis abre grande los ojos, se pellizca fuerte en el pezón para asegurarse que no estuviera en un sueño, o alucinando, y completamente sorprendido responde:

Chiquis: ¿A mi?

Ricardo: Claro que a ti, pelotudo, si sos un estupendo futbolista también.

Chiquis: No sé qué decirte Ricardo.

Ricardo: No tenés que decir nada, si no te estoy preguntando…….

Chiquis: Para mí sería un honor vovler a ser dirigido por usted, y aprender nuevamente del mejor…..

Ricardo inturrumpe

Ricardo: Sha sha, cashate boludo y solo dame las gracias que eso si que soy el mejor. Mañana voy a estar en el Nemesio en la tribuna viendo tu partido, y después quiero invitarte a cenar al Cambalache para explicarte este nuevo sistema que voy a implementar para el mundial, mi 4-1-3-2.

Chiquis: Por su puesto Ricardo, para mi será un honor.

Ricardo: Y del partido de maniana no te preocupes, ahorita mismo voy a hablar con Wilson, ¿Qué se cree el cagón este de dejarte a vos en la banca? ¿Que no sabe que sho lo puse a dirigir este equipo? A este Toluca sho lo dirijo por teléfono, sho lo formé, y sho tomaré las decisones de ahora en adelante. Que pantalones del fachero de Graniolatti ¡si es mi pupilo!

Chiquis: Gracias Ricky, un fuerte abrazo y nos vemos mañana.

Ricardo: Descansa Chiqui que mañana anuncio este tema a la prensa y quiero que me respaldes dando un partidazo. Ciao figura!

El día siguiente:

Eran ya las 9 de la noche del domingo, ese día, por alguna eztraña razón el Toluca había jugado a las 18:30 pm en lugar de su habitual horario a medio día. El partido había terminado 2 a 0 en favor de los diablos rojos, con un golazo de media tijera de Rafael “El Chiquis” García. Ricardo ya lo estaba esperando afuera de los vestidores, con un cigarro en la boca, para llevarlo a cenar y contarle de su novedoso sistema en su restaurante favorito: El Cambalache.

Se subieron al lujoso Porsche del señor La Volpe. El chiquis inmediatamente abrió las ventanas debido al olor a cigarro que destilaba todo el auto, parecía cenicero. Las colillas decoraban el asiento del copiloto, era un asco. El chiquis abrió la guantera en busca de una botella de agua, pero solamente encontró un par de flips. “Se va a morir de cáncer antes de que dirija un partido de Copa del Mundo” Pensó el Chiquis en su cabeza mientras veía a Ricardo tomar el volante. El Chiquis estaba contento.

Llegaron al famoso Cambalache, y parecía desértico, no había ni un solo coche en el estacionamiento y las luces estaban semi apagadas.

Chiquis: Che, ¿estará abierto?

Ricardo: ¡Dejáte de joda chiqui! ¿Qué si está abierto? ¡Baaah! Si apenas comienza el turno de noche che. Los domingos acá se ponen como aquel viejo bar de la Recoleta al que iba cuando apenas era un chaval. ¡Vasha que era guapo en aquesha época!

Un joven del valet parking les recibe el coche, y le abre la puerta a Ricardo, éste se baja, lo saluda de beso y abrazo, camina unos pasos y le arroja las llaves al estilo basquetbolista de la NBA. El chiquis, sacado de onda con todo lo que está pasando, no dice nada y simplemente actúa como la sombra de La Volpe. A la entrada del Cambalache, un hombre de traje con acento argentino los guía a su mesa, misma que ya tiene un letrero de plata reposando sobre el mantel que dice “Maestro Ricardo Antonio La Volpe”. En el restaurante estaban también “El Piojo” Herrera, “ El Profe” Cruz, Wilson Graniolatti, Rubén Omar Romano, y un chaval que Ricardo no conocía. Ricardo realiza una pequeña desviación para saludar a sus colegas.

Ricardo: ¡Buenas noches pibes, que gusto verlos por acá!

Todos ríen de manera sarcástica el chiste irónico de La Volpe.

Ricardo: ¿Y este quién es? (Pregunta señalando al chaval que desconocía)

Ruben: Se shama Bueno, Sergio Bueno, es nuestro aprendiz Ricardo, a este chico desde ceboshita se le veía lo técnico, tiene cosas de Bilardo, lo estamos metiendo al club, vasha estretega tu verás.

Ricardo: Pues si como se apeshida, dirige, entonces bienvenido bombón.

Todos, con cara de tontos, ríen sarcásticamente al muy mal chiste de Ricardo.

Piojo: ¿No nos vas a acompañar hoy Mister? (Pregunta a Ricardo mientras se come una pata de pollo como cavernícola de la época medieval)

Ricardo: Hoy no pupilos, que hoy me toca enseñarle de futbol y de la vida a mi sherno. ¡Provecho!

El chiquis, que no había dicho una palabra desde que había entrado al restaurante, solo les sonríe y sigue a Ricardo hacia la mesa que lleva ya su nombre. Ambos se sientan en la mesa, donde ya lo esperan 5 ceniceros y 2 cajetillas de Marlboro Rojos. Un mesero les toma la orden.

Mesero: ¿Le damos lo mismo de siempre Ricardo?

Ricardo: Pero por supuesto che, acordate que el Vacío va “medio rojo”.

Mesero (Volteando hacia el Chiquis): ¿A usted que le damos?

Chiquis: Eeeeeemmm..

Ricardo (interrumpiendo): Traele también lo mismo que sho Javi, y agregáme un Asado de Tira che. De tomar vamos a querer una botesha de tu mejor tinto, por supuesto, que sea de La Argentina.

Mesero: Excelente, enseguida les traigo su orden

Ricardo: Aguantá Javi, me traés unos 11 saleros por favor che.

Mesero: ¡Claro Ricardo!

Minutos más tarde el mesero regresa con 11 saleros, una botella de su mejor vino Argentino (recién llegado de la provincia de Mendoza), y una parrilla con tres filetes de carne de unos 400 kg cada uno. Era todo un festín, estaba muy claro que el señor La Volpe estaba festejando algo.

Se pasaron las próximas dos horas conversando, comiendo y bebiendo. El Chiquis había dejado de asado de tira a la mitad y solo se había podido beber una copa de vino, el chico estaba completamente agotado por el partido y desvelado de la noche anterior. La Volpe solo hablaba y hablaba, se había ya terminado su Vacio y le estaba entrando con todo a las sobras que dejaba su yerno. Las copas se le habían subido un poco, pués llevaba ya él solo tres cuartos de la botella exquisita de vino que degustaban.

El Chiquis parecía zombie, solo sonreía mientras se acordaba del chiste de Kenan y Kel de la noche anterior. Los cinco ceniceros que habían instalado en la mesa ya habían cumplido su función.

Dieron ya las 3 de la mañana y La Volpe seguía platicando del setentiocho, de aquella época gloriosa en la que fue campeón del mundo con Argentina sin haber disputado un solo minuto, sin embargo, él se creía el protagonista de aquel legendario equipo. La Volpe ya estaba borracho.

Ricardo (Con voz cortada): Menotti y sho nos sentábamos a tomar el mate, mientras recordábamos aquesha semifinal. Nos perdíamos en la noche hablando de la detonante táctica fija da la Yugoslavia del sesentidos. El profe era brishante chiqui, ¿Si te dije que terminamos campeones del mundo? (Ricardo insistía entre copas). El profe fue el original creador del falso enganche, lo inventó con su Huracán de unas temporadas atrás, Bilardo que la coma chiqui, es un cagón.

El Chiquis solo bostezaba y miraba su reloj, sabía que aún no habían tocado el tema de su nuevo sistema para la selección mexicana y que la noche aún comenzaba. Ricardo comenzaba a delirar con sus formaciones representadas por los 11 saleros que estaban sobre la mesa. Comenzó a describir su ideología para el equipo mexicano. Le explicaba acerca de la salida lavolpiana, los falsos laterales que se había inventado, la línea de cinco, y de porque el Guille Franco iba a ser su artilero principal para los duelos de la fiesta más grande del mundo. El Chiquis solamente obedecía órdenes y le colocaba los saleros donde Ricardo indicaba con su dedo, hasta que se dio cuenta que a él no la había mencionado en toda la noche. Entonces despertó un poco y preguntó:

Chiquis: Y yo Ricky, ¿Sho donde entro en todo este esquema?

Ricardo: Jajajajajajajaj (Reía en fuerte Ricardo) ¡No me vengas con la joda Chiqui! Si vos no sabés jugar al futbol, ¡sos malísimo, déjate de pelotudeses, forro! Sabés perfecto que solo te shame porque algún día quiero heredarte todos mis conocimientos. A vos te veo futuro como estratega Chiqui y eso si, tenés mi palabra que vas a aprender del mejor boludo, vos y sho le vamos a dar la vuelta al mundo, serás mi auxiliar y lo ganaremos todo Chiqui, todooooo, jajajaja. (Seguía riendo)

El Chiquis estaba un poco decepcionado por la respuesta que había obtenido, pero en el fondo el sabía que era un troncazo para el balompie, y solo le sonrió de regreso a Ricardo, se levantó, y le dio una palmada en la espalda y le dijo:

Chiquis: Dale viejo que sha es tarde y hay que ir a descansar. Vamo a casa.

Ricardo estaba completamente fundido. Se prendió un último cigarro, movió el bigote una vez a la derecha, otra a la izquierda y ambos se dirigieron hacia la salida del Cambalache. La noche había terminado.

Ese día Rafael “El Chiquis” García supo que su futuro en este deporte estaría como comandante de un equipo, pues tenía en casa a la mejor escuela de futbol y al mejor maestro del orbe, Ricardo Antonio La Volpe.

Chiquis: Gracias Ricardo, todo esto te lo debo a ti che. (Nos dijo el Chiquis al terminar la entevista)

Estará por verse cuál será el futuro que le depara a este joven estratega. Le deseamos, en nombre de todo el equipo, la mejor de la suerte al Chiquis en este nuevo proyecto

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